Mentir en el currículum puede que nos proporcione alguna entrevista de trabajo, pero no es recomendable, ya que no aporta nada bueno en el proceso de selección y es probable que nos descubran y en este caso, inmediatamente la empresa descartaría de manera automática al candidato.

Las mentiras más habituales en cuanto a la formación académica, es incluir estudios no finalizados, o mentir en el nivel o dominio de idiomas. Y en cuanto a la experiencia profesional, se suele “adornar” el currículum alargando el tiempo en un trabajo, exagerar las tareas o funciones que se han desarrollado en un puesto o incluir experiencias profesionales no realizadas. Pero todo esto, cuando se está ante un buen entrevistador, es fácil que lo descubra.

Aunque no mentir en el currículum no implica explicar toda la verdad, se puede aprovechar para ofrecer la mejor versión de uno mismo a los futuros empleadores, destacando las mejores cualidades, o las que más se adecúen a la oferta de trabajo.

En resumen, la diferenciación es fundamental para destacar del resto ante los entrevistadores, pero no es lo mismo venderse bien, que mentir.